viernes, 28 de diciembre de 2007

"El Lector",, de Bernhard Schlink

Acabo de leer una historia hermosa. Hermosa y muy buena, excelente. Esto así escrito no dice mucho o casi nada, así que intentaré escribir algo sobre ella. Es una historia en la que aparecen el dolor, el amor, la hipocresía, la incomprensión, el valor, la cobardía, el sentimiento de culpa, la pasión… en fin, una historia sobre seres humanos, una historia que muestra mucho de la naturaleza humana. En esencia podría decirse que se trata de la historia de una relación amorosa muy especial y complicada entre un hombre y una mujer entre los que había una diferencia muy grande de edades, de cultura, de vivencias, de posiciones ante la sociedad y ante el mundo; diferencias que de no haber existido esa particular relación podrían haberles hecho prácticamente invisibles el uno para el otro; una relación que comenzó cuando el protagonista tenía quince años, una edad en la que muy a menudo uno no puede elegir a qué o a quién entrega su corazón. Se trata de una mirada crítica a una generación estigmatizada, condenada por la generación posterior que en su esencia no es demasiado diferente.

La historia tiene lugar en Alemania durante la segunda mitad del pasado siglo. Se trata de la novela “El Lector” de Bernhard Schlink. Gracias a Bernhard Schlink por escribirla y a La Maga por sugerirme su lectura. Puede tratarse de una novela muy dura para algunos pero la recomiendo encarecidamente.

Comprender puede costar, pero es necesario. Yo creo que es preferible comprender que condenar. Cuando comprendemos podemos andar el camino de la reconciliación y el aprendizaje. Cuando simplemente condenamos rompemos la continuidad y nos exponemos a repetir los mismos errores. La comprensión nos libera, en tanto la condenación puede dejarnos atados al objeto de nuestra condena.